8 de mayo de 2025

La creciente epidemia de fraude en seguros: accidentes simulados y crimen organizado

El fraude de seguros ha sido durante mucho tiempo una carga costosa para la industria de seguros, pero en los últimos años, los accidentes simulados han alcanzado proporciones casi epidémicas.

Las reclamaciones fraudulentas derivadas de estas estafas cuestan a la industria aseguradora miles de millones de dólares al año. El impacto es especialmente grave en el seguro de responsabilidad civil de automóviles, afectando a flotas de camiones, empresas de transporte y pólizas de seguro de automóviles para empresas.

El papel de los “slammers” en los accidentes simulados
Un actor clave en estos esquemas fraudulentos es el "slammer", una persona que causa intencionalmente una colisión con un vehículo comercial, a menudo con camiones grandes como objetivo. Estos estafadores llenan su vehículo con cómplices que luego reclaman lesiones, lo que permite a abogados y profesionales médicos presentar reclamos exagerados o totalmente fraudulentos. El objetivo es obtener grandes indemnizaciones de las aseguradoras, aprovechando los altos límites de responsabilidad civil de las pólizas de autos comerciales.

El asesinato que conmocionó a la industria
La gravedad de estas estafas quedó de manifiesto en un impactante caso en Luisiana, donde un miembro de una red que se convirtió en testigo del FBI fue asesinado en una aparente represalia. El testigo había estado cooperando con investigadores federales en una investigación sobre accidentes simulados, que dio lugar a decenas de acusaciones formales. Este caso pone de manifiesto cómo el fraude de seguros no es simplemente un delito financiero, sino que puede involucrar a importantes redes del crimen organizado dispuestas a recurrir a la violencia para proteger sus operaciones ilícitas.

Reclamaciones por fugas y daños fantasma
Uno de los aspectos más insidiosos del fraude de seguros es la fuga de reclamaciones, que se refiere a las pérdidas financieras innecesarias que sufren las aseguradoras debido a reclamaciones fraudulentas o exageradas. Una práctica relacionada, los daños fantasma, ocurre cuando los proveedores médicos facturan servicios que nunca se prestaron o inflan los costos por encima de los gastos reales. Estas prácticas fraudulentas contribuyen significativamente a la carga financiera general de las aseguradoras.

Grandes batallas legales: casos RICO y demandas corporativas
Las compañías de seguros han comenzado a combatir las redes de fraude mediante demandas RICO, que les permiten obtener el triple de daños contra organizaciones criminales. Uno de los casos más importantes fue presentado por American Transit Insurance Company (ATIC) ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York, donde los demandantes solicitaron 153 millones de TP en daños compensatorios y 459 millones de TP en daños triples. La demanda se dirigió a más de 180 acusados, incluyendo proveedores médicos acusados de presentar reclamaciones fraudulentas.

Además, Uber presentó una demanda contra tres bufetes de abogados demandantes, alegando que se confabularon con proveedores médicos para inflar las reclamaciones por lesiones en casos de accidentes de viajes compartidos. Este caso pone de relieve cómo el fraude se extiende más allá de los seguros de auto tradicionales y llega a las plataformas de la economía colaborativa, incrementando aún más los costos tanto para empresas como para consumidores.

El verdadero costo del fraude de seguros
El fraude de seguros no es inexistente. Aumenta las primas de los asegurados honestos, supone una carga para las empresas e incluso pone en peligro vidas. Si se tienen en cuenta el fraude de seguros médicos, las reclamaciones falsas por tropiezos y caídas y el fraude fraudulento en las indemnizaciones laborales, se estima que el coste total del fraude de seguros en Estados Unidos asciende a 14308.600 millones de TP/T anuales. Esta alarmante cifra pone de manifiesto la urgente necesidad de una aplicación más estricta de la normativa, mejores tecnologías de detección del fraude y sanciones más severas para los infractores.

Artículo cortesía de SmartsPublishing.com